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sábado, 21 de diciembre de 2013

La parsimonia de días pasados solo era el anuncio silente de que las horas se derramarían entre las niñas, cosas por empacar, las que había que dejar listas antes de viajar, los asuntos pendientes y las despedidas con familiares y amigos (de muchos de los cuales no nos despedimos, porque no encontramos el espacio para hacerlo o simplemente detesto las despedidas). Poco a poco todo fué tomando velocidades insospechadas y casi sin notarlo estabamos sentados en un avión volando lejos de todo lo conocido. 

Todo se volcó en contra de mi dejadez y una semana antes de irnos, tanto las niñas como mi esposo cayeron enfermos, amigdalitis, bronquitis y bronquiolitis. Medicamentos, teta, llanto y mal sabor, todo junto y sin anestesia.

También, durante esa semana, pocos días antes de viajar, en contra de todos los pronósticos, mi padre dejo sus promesas rotas de visitas y paseos en Sucre, donde reside, y se vinos junto a Chicho y mis hermanas a despedirnos. Vino dias antes de mi viaje, contra viento y marea, y una vez en Santa Marta, llegado el día no fué capaz de venir conmigo al aeropuerto. Mejor así. 

Hubo lágrimas y muchos abrazos en casa, pero yo estaba poseída de una tranquilidad desconcertante, no lloré, me despedí con cariño de todos los que se quedaban en casa y en mi cara solo podía leerse una expresión espectante. Mi abuela Ila insistió en venir al aeropuerto, junto con una tía y mis primas, personalmente hubiera preferido que se quedara en casa; habían sido casi 20 años juntas, no sabía si podía manejarlo. 

A la hora del abordaje mi abuela se ausentó para ir al baño y yo tuve que ir a la planta superior, a la sala donde hacían la llamada para mi vuelo. Pensé que no daría tiempo de abrazarla por última vez, los pasajeros entraban y aunque mi tribu y yo nos quedabamos de últimos, no aparecía nadie por la escalera.. me dije a mi misma que talves sería mejor así, con la misma tranquilidad pasmosa que cargaba entonces... y cuando el funcionario de la puerta pide mis papeles, escucho la voz de mi abuelita Ila gritando desde la escalera "Esperen!". 

Toda la tranquilidad contenida estalló entonces en un llanto largo e irrespirable que no paró hasta varias horas  mas tarde; un abrazo desesperado fué la última imagen que me llevé de mi abuela y esa imagen me persiguió durante el primer vuelo del día hacia Medellín, otra ciudad de Colombia, donde tomaría finalmente el vuelo a Madrid. Ivón brillaba de emoción y Ámbar se aferraba a su teta en un viaje a lo desconocido, Tito me abrazaba fuerte y sonreía tranquilo, el día había llegado.


viernes, 22 de noviembre de 2013

Quedan dos semanas, es una cuenta atrás silenciosa y paciente, mis rutinas no han cambiado en lo absoluto, y se mueven lentas, como un pesado caracol cubierto de musgo. De camino a recoger a Ámbar a pleno sol de medio dia, la luz se derrama por toda la calle. Es una luz cegadora que me quita la vista del horizonte y me obliga a mirar al suelo. La tierra es gris lunar. Mis pies se llenan de polvo a medida que camino y se mimetizan con ella. "Soy parte de la tierra y ella es parte mía" pienso.
La luz se derrama por mi espalda y siento poro a poro cómo el sol me abrasa. Debo estar andando bajo una temperatura de 32 grados. Al llegar a la cancha de fútbol, el vecino que alquila lavadoras me saluda desde lejos con un grito típico de los montes hundidos en el olvido de los años. Le respondo con alegria "Jueeee parie!!!". Nadie saluda asi hoy en dia, ni siquiera en los montes olvidados. 

El "viringo" tiene modos rudos y muchos dicen que es malgeniado, entre los ires y venires del colegio de Ivón y la guardería de Ámbar, a punta de gritos montunos, le he ido borrando el ceño fruncido. Me gusta creer que guarda algunas de sus escasas sonrisas para mi. Me gusta saludar a todo pulmón de vez en cuando.

Empiezo a sudar pero no me molesta, los 12 kilos de Ámbar en mis brazos tampoco, ni la calle de tierra lunar invadiendo mis pies, ni el sol abrasador quemando mi espalda, ni la luz derramada tan descaradamente por toda la calle. Mi caminar es paciente, sin prisas por entrar a casa esta vez. Creo que después de todo algo en mí está cambiando, lentamente,como un pesado caracol cubierto de musgo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Mi hija mayor Mía. Está muy grande ya... Hoy ha ocupado mis pensamientos todo el día. En 2 días cumple 11 años y en breve nada será igual, los cambios de humor, los cambios del cuerpo, los cambios de ciudad, de país, de amigos, de colegio! El colegio! Que colegio? Como será la nueva escolarización mi niña en esta nueva vida? No dudo que sertá de mejor calidad académica pero y la parte emocional? logrará adaptarse?

Mi hija es una niña muy especial, "palabras de su madre" dirán, pero es verdad, S nació en otro planeta, en una galaxia de mi alma y está aquí de visita, muy cerca de mis sombras y mis luces. Es una artista del lápiz y el papel, del barro, los marcadores, las telas y todo lo que le permita crear. Tiene muy claro que cuando sea grande será ilustradora, diseñadora, pintora, escultora, animadora, veterinaria, comediante y escritora. Escribe un diario en papelillos, servilletas, en las páginas traseras de sus cuadernos del cole y así derrama sus sentimientos por toda la casa, y por toda mi vida.

Ha escrito varias tiras cómicas y es autora de "Rubiela y Moremiel" su propio blog ilustrado (muy pronto en tu navegador mas cercano). Así que la decisión del colegio no es cualquier cosa. Debe ser un sitio en el que ella pueda ser ella misma y al mismo tiempo adaptarse a toda una nueva cultura y nuevas dinámicas de aprendizaje sin perderse.

Gracias a mi cuñada  (quien trabaja en el entorno de centros educativos) tenemos una lista de 6 colegios opcionados (lista que debemos integrar en la solicitud de escolarización) de los cuales dos son nuestros favoritos.

Hemos recorrido por Google Earth y por toda internet rincones, imágenes e información que nos ilustren sobre la nueva vida académica que le espera, pero me sigue pareciendo poco, algo que he descubierto y que de hecho me resulta extraño tratándose de España, es que todos los centros educativos de Talavera necesitan un buen diseño web (trabajo para nosotros!). Los pocos websites publicados se ven anticuados, la información no está actualizada y la navegabilidad es bastante confusa, sólo un par de ellos tienen activas sus redes sociales y podrían ser mucho mas efectivos. Sería muy lindo poder llegar y aportar algo de diseño y luz en este sentido.

Pero fuera del tema de comunicaciones de los colegios, lo que ví me tiene intrigada y sorprendida, el tamaño de los colegios (significativamente mas grandes que el pequeño colegio en el que  cursa 5 grado, por cierto nosotros diseñamos su website oficial) , los espacios que ví, los uniformes, eventos, salidas pedagógicas, todo me gusta mucho! Para mi lo mas importante es que sea una educación abierta, constructivista, que le permita a Ivón ser y crear, que le permita adaptarse a su propio ritmo y que disfrute su experiencia escolar y siento en lo profundo de mi alma que en esta nueva vida que nos planteamos tendrá todo esto y mas. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Quedan 36 días para irme y todavía no logro digerir muy bien lo que está pasando. Ayer intenté organizar papeles, libros, juguetes y demás cosas para donarlas, regalarlas y venderlas, pero no fué posible. Que botar? que regalar? algo qué vender? Acaso debo acabar con la habitación de las niñas (y la mía!) y asumir que ese espacio ya no nos pertenece? No se exactamente como actuar. Mi apatía al cambio crece paralela a la angustia de mi abuelita, de quien me separo luego de convivir juntas por casi 20 años. 

Hoy llegó mi hermana menor a visitarme, le tomó 12 horas venir a mi ciudad desde un lejano, escondido y olvidado pueblo llamado Coyongal, en Sucre (o bolivar?) donde hace sus prácticas como médico. Se quedará hasta el lunes por la mañana, pero vino porque sabe que después será casi imposible vernos.
Meli es la madrina de Ámbar, aún no la hemos bautizado pero en el alma sabemos que ellas estarán unidas por un lazo más allá que el de tía y sobrina. Ámbar tardó un poco en sentarse en su regazo sin llorar, pero una vez descubrieron su espacio juntas, la playa entera no fué suficiencte.
No hablamos de mi viaje. Hablamos de sus prácticas, de lo que ha aprendido, del valor de su vocación; de la gente, de nuestro sobrepeso y eternas dietas, de la situación de los médicos en el país, de su ex-novio, de la vida, de mi abuelita, de la pañalitis de Ámbar y de lo grande que está Ivón. No hablamos de mi viaje. Tampoco queremos hacerlo.

martes, 29 de octubre de 2013

Mujer de aguas de Mar. Caribeña. Colombiana. Madre de Ivón, una larga y fibrosa niña de miel de 10 años  y de Ámbar, una pequeña tormenta de blanca espuma de 20 meses. Ciudadana sideral que camina junto al amor de su vida, con dirección al infinito.
Escribo este blog porque estoy a menos de 40 días de cambiar mi vida y emprender una nueva aventura junto a mi familia en un nuevo país, en otro continente, lejos del Mar Caribe y del horizonte conocido. Nos vamos a España, mas precisamente, a Talavera de la Reina, la tierra de mi esposo, tierra arropada en llanura y atravezada por el río Tajo.

Ninguna de mis dos hijas ni yo, hemos salido del país y lo mas lejos al calor de la costa samaria que hemos estado, ha sido Bogotá, la capital de Colombia. En este blog intento capturar mi experiencia y la de mis hijas viviendo una nueva vida en el viejo mundo.



 
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